(Gerwald Rockenschaub)
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La imposibilidad de escribir y de no escribir. De remedar un lenguaje que es apenas algo. Escribir en las afueras de algo, en la miseria de algo, en las ruedas de algo. Transmitir de forma exagerada esas sensibilidades extrañas. Devolver, al reverso de la hoja, un insecto verde y babeante. Hacer literatura con sus desechos.
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La hoja es la diáspora. La palabra y la soledad de esta habitación durante la madrugada. La hoja que destellaba ayer. La que hoy ha sido arrancada.
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Un poco de soledad. Una hora levantando mis papeles de la mesa.
Cafeterías de la ciudad, ya parecen como enormes alfombras que se incendian.
Ruido de manos y humedad en el tacto y en la imaginación.
Basta de huir para sentir calma, las palabras deben tomarse, no ofrecerse.
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