miércoles, 21 de mayo de 2008

VERDUGOS



Un hombre fue ejecutado en la guillotina, el verdugo colocó la cabeza desmembrada sobre una mesa; pero la multitud gritaba tan fuerte el nombre del condenado, que los ojos del decapitado se abrieron y comenzaron a moverse buscando a quienes lo pronunciaban.

Los verdugos entraban con guantes a la iglesia para no manchar la casa de Dios con sus manos desnudas. Cuentan de uno que, desde que un chorro de sangre de un inocente saltó y le mojó las palmas, no pudo dejar de frotarse las manos tratando de borrar aquel vestigio.

La voluntad del verdugo no puede ser comprada con nada; muchas fueron las mujeres que en el último momento se desnudaron y pusieron sus cuerpos jóvenes a sus pies, pero jamás lograron el perdón o el soborno.

2 comentarios:

Cristian Mejia dijo...

El decapitado estaria buscando entre la multitud que le coreaba a:

a: el que lo condeno
b: su novia o esposa
c: a su querida familia
d: a la de los grandes bustos
y trenzas de vikinga.
Ese gusano de la imaginacion.
Me encanta el titulo de tu blog.

Andrea Grimaldi dijo...

Frialdad. Contruida. Erguida. Hipocresía. Autocompasión. Sexo + filo partiendo la yugular.